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La importancia del pH en la marihuana💧

¿Quieres saber cómo afecta el pH en el cultivo de cannabis? Sigue leyendo este post para comprender algo tan básico y esencial en el cultivo.

El pH o Potencial de Hidrógeno es la medida que mide el grado de acidez o de alcalinidad de una solución calculando la concentración de iones de hidrógeno. Tiene un valor que va desde 0 que es el pH más ácido, hasta 14 que es el pH más alcalino. Se considera 7 como un pH neutro.

El pH influye en la capacidad de absorción y solubilidad de gran parte de los elementos nutritivos disponibles en un suelo por parte de las plantas. Un valor de pH bajo o alto puede llegar a ser muy perjudicial para las plantas. En estos casos pueden tener dificultad para asimilar estos elementos nutritivos. El resultado se traducirá en un desequilibrio en el desarrollo de la planta ante la baja disposición de estos nutrientes esenciales para el crecimiento. Todas las especies vegetales poseen unos rangos propios de pH dentro de los cuales su asimilación es idónea.

Y la marihuana no es menos, estableciéndose un rango de pH idóneo entre 5.5 y 7.0 dependiendo del medio de cultivo. Mientras en cultivos hidropónicos un pH entre 5.5 y 6.0 garantiza una óptima disponibilidad de todos los elementos, en cultivos convencionales en tierra el pH ideal estaría en 6.0 y 7.0. En la fase de crecimiento el pH más ácido dentro de cada rango mejora la asimilación de nutrientes necesarios para el desarrollo En la fase de floración, un pH más alcalino permite una mayor disponibilidad de los nutrientes necesarios para la fructificación o formación de cogollos. Un pH demasiado bajo o ácido puede acarrear excesos de determinados nutrientes como hierro y magnesio. Y deficiencias de otros como fósforo y potasio, además de un convertir el suelo en pobre y con una vida microbacteriana reducida. Un pH demasiado alto o alcalino reduce la asimilación de fósforo, hierro, manganeso, boro, cobre y zinc. Además la descomposición de sustancias orgánicas aumenta de manera considerable.

Capacidad amortiguadora del suelo 🌱🪴


La capacidad de amortiguación es uno de los factores más importantes para determinar el valor de pH en una solución o en un sustrato.


Resumiendo, se trata de la cantidad de ácido o base que puede absorber una solución antes de que su pH comience a cambiar.

Por ejemplo si tomamos agua de grifo y añadimos una gota de ácido, apenas tendrá influencia en su acidez. En cambio si hacemos lo mismo con agua destilada o desmineralizada, el pH caerá drásticamente.

Esto se debe a que el agua de grifo contiene bicarbonato, uno de los agentes amortiguadores más importantes y que tenderá a mantener el pH entre unos valores comprendidos entre 5.5 y 7.5.


Así que mientras en un agua blanda debemos usar muy poca cantidad de ácido para reducir el pH, en un agua dura generalmente se debe usar una cantidad mucho más elevada.

Los bicarbonatos se unen al ácido lo cual libera dióxido de carbono. Cuando se consume, la solución se habrá quedado sin capacidad de amortiguación y los cambios bruscos o fluctuaciones de pH son más frecuentes.

Cómo medir el pH en el cultivo🚰

Como hemos visto, el control del pH en el cultivo de marihuana es muy importante. Y dependiendo de la calidad del suelo, puede mantenerse más o menos estable.

Los suelos arcillosos contienen carbonato de calcio y tienen un pH relativamente alto. Los suelos ricos en turba y los suelos arenosos son generalmente más ácidos.

Aunque en cualquier caso ambos son apropiados, siempre es más fácil con un buen hábito de riego mantener un pH en el suelo que permita a la planta asimilar todos los nutrientes necesarios.


El pH se comprueba y mide con un medidor de pH más o menos sofisticado. Desde los más básicos como los test reactivos y el papel tornasol, que constan de un reactivo químico que cambia de color e indican una medida muy aproximada, hasta los digitales que siempre son más precisos e indicarán un valor exacto.


En aguas que una vez añadidos los fertilizantes quedan turbias, los medidores más básicos son también más complicados de visualizar.

La rutina a la hora de medir y regular el pH del agua de riego, ha de ser siempre la misma.

Primero se añaden los abonos y aditivos, se remueve bien y se espera unos minutos a que el pH se estabilice. Realizamos una primera medición para comprobar si se encuentra dentro de los valores correctos, si está por debajo usaremos un pH Up o pH+, y si está por encima un pH Down o pH, siempre en pequeñas cantidades, removiendo, volviendo a medir, y repetir si fuese necesario hasta alcanzar el valor deseado. Es interesante anotar siempre la cantidad de regulador que usemos, ya que nos servirá de referencia para en otras ocasiones la cantidad justa que tenemos que añadir al agua y no tener que en cada riego echar mano del medidor. Cada cierto tiempo conviene volver a realizar mediciones para comprobar que todo sigue correcto. Los medidores electrónicos es necesarios calibrarlos regularmente, ya que tienden a descompensarse y pueden llegar a darnos lecturas erróneas. Un medidor de pH jamás es un gasto, siempre será una inversión. Desde el primer momento facilitaremos la absorción de nutrientes a nuestras plantas y mantendremos un correcto equilibrio en el sustrato. La gran mayoría de problemas en los cultivos, vienen derivados del problemas en la asimilación de nutrientes, algunas veces porque escasean pero muchas otras porque no se encuentran dentro de los rangos para una fácil absorción.

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